Herpes en el ojo - Síntomas y señales de la infección ocular

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Las enfermedades oculares son especialmente molestas y, aunque hay algunas como el herpes en el ojo que no entrañan gravedad, sí que en un principio son alarmantes en cuanto a sus síntomas. Ni que decir tiene que los ojos son una de las partes del cuerpo más delicadas y que deberíamos tener mucho más cuidado cuando los tocamos, nunca hacerlo con las manos sucias y, menos aún, si tenemos alguna enfermedad infecciosa o vírica, como es el caso del herpes.

El herpes en el ojo no es una enfermedad peligrosa, aunque sí altamente contagiosa y muy molesta, pues además de los incómodos síntomas que manifiesta, se trata de una enfermedad que puede reaparecer de manera periódica con sucesivos brotes a lo largo de nuestra vida.

Sin embargo, el herpes en el ojo puede evitarse, llevando a cabo unas mínimas medidas de higiene.

A continuación, vamos a exponer, más detalladamente, todo lo que necesitas saber acerca del herpes en el ojo, para que sepas en qué consiste esta enfermedad, cuáles son sus síntomas, cómo saber si tienes una infección en tus ojos y vamos a darte unas recomendaciones para que puedas cuidar de tu salud ocular.

Qué es el herpes en el ojo

Es cierto que tan solo su nombre ya asusta, pero debes saber que casi todas las personas sufren algún tipo de herpes al menos una vez en su vida. Y de hecho, el virus del herpes se encuentra presente en la mayoría de nosotros, lo que pasa es que, a menudo, permanece dormido, es decir, somos portadores de herpes simple. Posiblemente alguna vez hayas sufrido de herpes labial, pues el herpes ocular es muy parecido.

Déjanos aclararte que existen dos tipos de herpes simple, un virus de tipo 1 y un virus de tipo 2. Veamos las diferencias:

Virus del herpes simple tipo 1: es el herpes que sale en los labios y que, popularmente, solemos conocer como 'calentura'. También es el virus que afecta a nuestros ojos.

Virus del herpes simple tipo 2: es un virus que afecta a los genitales, y se transmite fácilmente mediante el contacto sexual, por eso, debemos tener la precaución de usar siempre preservativo que nos ayude a evitar enfermedades de transmisión sexual. Este tipo de herpes también afecta a los labios y a los ojos.

En todos los casos, el contagio se produce mediante contacto, al tocar una lesión infectada por el virus del herpes simple y luego tocarse los ojos. Sin embargo, la manifestación de los síntomas no es inmediata, sino que tiene lugar más tarde, aunque son brotes que vuelven a reaparecer una y otra vez, lo cual hace que se trate de una enfermedad bastante molesta y pesada, que más vale prevenir que curar.

Sufrir de herpes no es grave. Pues aunque pasar por un brote de herpes ocular es muy pesado y molesto, suele desaparecer a los pocos días.

No obstante, hay algunos casos que sí pueden llegar a ser más problemáticos y pueden afectar a la córnea, dejando lesiones que conlleven a una pérdida de visión. Esto sucede cuando las lesiones del virus no se quedan en la capa superficial de la córnea como sucede habitualmente en la queratitis epitelial, sino que traspasan hasta capas más profundas de la misma dando lugar a la queratitis estromal.

El herpes ocular también puede afectar a la conjuntiva, provocando una conjuntivitis secundaria, y a los párpados, causando una blefaritis. Iniciar un tratamiento para frenar la progresión del virus y, sobre todo, llevar a cabo las medidas higiénico-sanitarias, impedirán que la situación se agrave.

Síntomas del herpes en el ojo

Los siguientes síntomas te ayudarán a saber si tienes una infección en tus ojos:

  • Ojos enrojecidos.
  • Especialmente alrededor de la córnea.
  • Dolor ocular.
  • Sensibilidad a la luz o fotofobia.
  • Lagrimeo.
  • Visión borrosa.
  • Erupción alrededor de los párpados.

Normalmente, solo afecta a uno de los ojos, aunque si no se tiene cuidado, es posible contagiar y extender la infección al otro ojo. Por eso, no te toques los ojos y lávate siempre las manos, antes y después de tocarte cada ojo.

En cuanto a los brotes, es muy posible que una vez superada la infección, al cabo del tiempo, vuelvas a sufrir de nuevo el herpes ocular. Pues el virus se queda latente en tu cuerpo y permanecerá dormido hasta que despierte de nuevo y se reactive. Esto puede suceder al cabo de los meses o incluso de los años. Habrá personas que sufrirán brotes con más frecuencia y otras que lo experimentarán menos.

Complicaciones del herpes ocular

El herpes ocular es una enfermedad leve. Pero a veces puede complicarse provocando lesiones graves en la córnea que incluso pueden provocar hinchazón (queratitis) o cicatrices, perjudicando la visión. Sucede en los casos de infecciones severas o muy recurrentes.

Tratamientos para el herpes ocular

A pesar de tratarse de una afección muy común, siempre conviene buscar ayuda especializada que nos ayude a controlar el progreso y curación de nuestro herpes, evitando así que termine derivando hasta infecciones severas. El médico te recetará un ungüento o unos gotas oftálmicas antivirales con antibiótico.

Si existe daño grave en la córnea que ha causado ceguera, la única solución es un transplante de córnea.

Aparte de este tratamiento médico, hay que extremar la higiene. Nunca toques tus ojos con las manos sucias. Y si ya tienes un herpes, después de tratar a tu ojo enfermo, lávate bien las manos, para no extender el virus hacia el otro ojo u otras partes del cuerpo, como los labios o genitales.

Pon especial cuidado también en tus relaciones sexuales, porque el herpes genital también puede afectar a los ojos.

Si usas lentillas, presta atención a la higiene de las mismas. Y cuando sientas picor o que algo entró a tu ojo, usa un pañuelo limpio y un poco de suero fisiológico para su limpieza.

Si tienes niños pequeños, edúcales para que tengan una buena higiene, especialmente, en la zona ocular, y se laven las manos con frecuencia para evitar infecciones en sus ojos.

Información sobre seguridad

Las ICL se han diseñado para la corrección/reducción de la miopía en adultos de entre 21 y 60 años con una graduación de entre −0,5 D y −20,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D, y para la corrección/reducción de la hipermetropía en adultos de entre 21 y 45 años con una graduación de entre +0,5 y +16,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D. Para asegurarse de que el cirujano use las ICL que mejor se adapten a su ojo, antes de la intervención refractiva, la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo deberán llevar al menos un año estables. Las ICL mejoran la vista, por lo que no tendrá que usar gafas ni lentes de contacto. No obstante, las ICL no eliminan la necesidad de usar gafas para leer, incluso si no las ha usado antes. Las ICL implican el uso de una intervención refractiva alternativa, como la queratomileusis in situ asistida con láser (LASIK), la queratectomía fotorrefractiva (PRK) y las intervenciones de incisión, o de otros medios de corrección refractiva, como las gafas y las lentes de contacto. La implantación de las ICL se considera intervención quirúrgica y, como tal, implica riesgos posiblemente graves. A continuación, se indican las posibles complicaciones y reacciones adversas asociadas con la cirugía refractiva en general: intervenciones adicionales, desarrollo de cataratas, pérdida de la vista corregida, aumento de la presión intraocular, pérdida de células en la superficie interior de la córnea, conjuntivitis, inflamación aguda de la córnea, inflamación persistente de la córnea, endoftalmitis (infección ocular total), deslumbramientos y/o halos alrededor de las luces, hifema (presencia de sangre en el ojo), hipopión (presencia de pus en el ojo), infección ocular, desplazamiento de la ICL, edema macular, pupila no reactiva, glaucoma de bloqueo pupilar, inflamación ocular grave, iritis, uveítis, pérdida del humor vítreo y trasplante de córnea. Antes de contemplar la posibilidad de usar las ICL, debe someterse a una revisión oftamológica completa y hablar con su oftalmólogo sobre la implantación de ICL, especialmente por lo que respecta a los posibles beneficios, riesgos y complicaciones. Deben hablar también sobre el tiempo necesario para la recuperación tras la intervención.

Referencias

Citas

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*American Refractive Surgery Council